- En esta ocasión les dejo un pedazo de un ensayo acerca del caso de la francesa Florence Cassez, parte de mi ensayo final de comunicación titulado "Calderón, Sarkosy y la diplomacia incómoda", les ahorre la introducción y los antecedentes históricos asi que espero no los confunda al entrar de lleno al tema. Es un caso que hará mella en el futuro de México y que nos pondrá en el taburete del juicio internacional, no lo tomen a la ligera; hay muchas cosas que cambiarán en México, de una manera u otra. Un saludo pues y de preferencia tomen asiento antes de comenzar a leer (el primer parrafo escurre veneno, para que no crean que pierdo mi toque).
El 9 de diciembre de 2005, se transmitió bajo las luces de las dos empresas mediáticas más importantes del país (televisa y tv azteca), un operativo en vivo que correspondía a la captura de un violento grupo de secuestradores llamados “El Zodiaco” encabezados por Israel Vallarta, de la mano de su ex pareja Florance Cassez. En este operativo, dirigido por el ahora procurador de justicia Genaro García Luna, aparecían los grupos policiales llevando a cabo las acciones pertinentes, y cual película de acción, se culminó con la captura de los secuestradores y la liberación de las víctimas. Una vez sometidos los presuntos culpables, los reporteros Pablo Reinah, de Televisa, y Ana María Gámez, de TV Azteca hicieron lo propio al cuestionar fervientemente a los arrestados, los cuales yacían acorralados en una suerte de video home mediático, cegados por la iluminación de las cámaras y perplejos ante los acontecimientos que recién habían tenido lugar. Ante la vista del público y el escrutinio de los periodistas, se había capturado a una banda altamente peligrosa de delincuentes y responsables de uno de los delitos que más han lastimado las fibras de los mexicanos durante las últimas décadas, el secuestro. Así, los malos estaban en la cárcel, el público recobraba la esperanza, el gobierno resarcía su legitimidad y los medios televisivos obtenían jugosas ganancias a causa del rating. Todo era perfecto, y evidentemente falso.
