viernes, 2 de julio de 2010

Oaxaca (Segunda parte): Bradley Will y la resistencia por los caídos

La violencia entonces era la conversación de mesa de todas las familias oaxaqueñas, de lo más sobresaliente que ocurrió, fue la toma de radiodifusoras y la televisora oficialista (esta tomada solamente por mujeres las cuales lo hicieron en una marcha que emulaba a “la marcha de las cacerolas” y así fue bautizada), los cuales, por quedar bien o por obligación, sólo habían criticado al movimiento. Una vez tomadas, las transmisiones se volvieron, inéditamente, “populares”. El espacio de transmisión que había sirvió para que todas las personas de todas las comunidades que así lo solicitaran, fueran a presentar sus denuncias ante abusos por parte del gobierno. Así nos enteramos de los campesinos perjudicados por los ventiladores eólicos, las radiodifusoras de las comunidades cerradas a punta de pistola, los tantos desaparecidos echados al mar desde helicópteros, etc. Los medios de comunicación se volvieron punto de referencia para las estrategias y expresiones populares, el gobierno no podía tolerar un medio tan libre, como resultado, mando a unos sicarios a disparar contra las Antenas de la televisora, atrofiando la señal. Constantemente atentaban contra las radiodifusoras, haciéndose famosa una transmisión desde la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, que fue atacada al aire, al igual que la doctora Berta, quien siempre se mantuvo como un pilar en la comunicación del movimiento y después de la entrada del ejercito, se vio obligada a abandonar el estado por las constantes amenazas contra su persona.
En ese momento el resto del país estaba demasiado ocupado con las elecciones presidenciales como para voltear la cara a Oaxaca.

Había rumores de que a los policías los estaban entrenando en los cuarteles para futuros desalojos, con el tiempo esto fue evidente. Las familias no querían que los adolecentes, hombres sobre todo, saliéramos a la calle por el temor de ser levantados por los eventuales rondines policiacos que habían desatado una caza de brujas contra maestros y muchachos del movimiento. Hubo muchísimos desaparecidos, heridos y muertos, a los desaparecidos se los llevaron en su mayoría a penal de máxima seguridad en Nayarit, según declaraciones posteriores, los hombres detenidos en calidad de presos políticos fueron torturados, y las mujeres rapadas y posteriormente violadas. Felipe Calderón (quién a duras penas buscaba ganar credibilidad a causa de una victoria cuestionadísima) pedía en ese entonces que Vicente Fox no heredara el problemas de Oaxaca al gobierno posterior. Fox, durante todos estos meses se había mantenido al margen del asunto, calificándolo como un “problema local”, demeritando las pérdidas humanas, las llamadas de atención de Derechos Humanos Internacionales y la famosa megamarcha que salió desde Oaxaca hasta la ciudad de México. Además que no quería ser aquel que tomara medidas cuando su popularidad estaba por los suelos.
Fue entonces cuando un evento inesperado lo hizo cambiar de actitud, la muerte de Bradley Will. En una de las tantas marchas de protesta, donde la violencia ya era cotidiana (realmente ya nos habíamos acostumbrado) el reportero estadounidense recibió un balazo en el estómago. Por esas fechas ya era muy común que las personas grabaran lo que sucedía, Bradley, como evidencian sus cintas, estaba haciendo un reportaje-documental, acudiendo a las opiniones de las personas del pueblo; ya hasta era conocido entre los miembros, según se cuenta. El 27 de octubre respaldaba a la APPO en una batalla improvisada cuando policías disfrazados de civiles (de esto sí no ha duda, fueron identificados) disparaban contra una barricada en el municipio de Santa Lucía del Camino, como se aprecia en el video, las personas atacaban con piedras y palos, cuando decidieron ir tras sus agresores y durante el enfrentamiento cayó Bradley. Según se mira algún video que no he vuelto a ver desde las noticias en ese tiempo, uno de los Appistas llevaba una pistola, lo cual era en buena medida lógico teniendo en cuenta que el nivel de violencia había llegado a ese grado, lo cual dio motivo para que se les inculpara de la muerte. Lo que más dolió de los sucesos, como mexicano, a parte de la lamentable muerte y la posterior invasión que generó, es que el entonces Presidente Fox hizo caso omiso por meses a los incontables abusos, violaciones y muertes de Oaxaqueños, cuyas vidas todas juntas no alcanzaron a valer ni a importar tanto como la del americano; Fox cedió a la presión mediática internacional y mandó al ejercito a “tranquilizar las cosas”. Bien era sabido que Fox tenía fama de lamerle los talones a Bush, pero nunca se había presentado la ocasión de dejarlo tan claro.

¿Quién asesinó a Bradley Will a fin de cuentas?
Si recuerdan como se manejó la nota en los medios, esta confundía más de lo que informaba, según la versión oficial hubo un tiroteo, entre “la APPO y los guardianes del orden”, en donde resulto herido el reportero americano para luego desaparecer en manos de los appistas y reaparecer un poco después en el hospital con un disparo extra dado a quemarropa. Según decían las versiones oficiales el disparo había sido a quemarropa, es decir, exculpando a la policía, y sugerían que el segundo disparo había sido hecho en el trayecto a la clínica. Una versión sostenía que habían sido los miembros de la APPO los responsables en un intento por ganar notoriedad internacional; versión válida pero poco sólida considerando varios puntos, como el hecho de que en el video no se aprecia nadie cercano a la cámara de frente que pudiera realizar un disparo a quemarropa, si, los policías no iban vestidos como tales, entonces es lógico que no estaban haciendo algo legal, pero nadie les cuestionó en que consistió el operativo, además que no fueron ellos los que atendieron a los heridos, una vez dado el conflicto desaparecieron, otra versión apuntaba que después del disparo por parte de los policías, los appistas llevaron el cuerpo al hospital, donde se le disparó por segunda vez, esta vez a quemarropa, y así acusar al movimiento. Los que casi no se comento y fue dejado al olvido, es que en ese acto, otros dos integrantes del movimiento fueron baleados de la misma forma, aunque estos salieron con vida. La lógica de los disparos y las distancias cuaja con ellos, pero en el caso de Bradley es presentada como compleja y ambigua, con serias deficiencias en las investigaciones.
Otro punto a analizar son las consecuencias, la llegada del ejercito fue una acción que solo benefició al gobierno, pues los actos de desobediencia tenía como fin la renuncia del gobernador, el cual ignoró las recomendaciones de la secretaría de gobernación que le aconsejaron que pidiera licencia de su cargo, a lo que Ulises Ruíz contestó que la única licencia que iba a pedir era la de manejo (a Carlos Marín le hizo mucha gracia el chiste) y consiguió así castigar a muchos rebeldes, que fueron detenidos a igual que muchos peatones de forma arbitraria con denuncias poco sólidas e investigaciones poco confiables. Esto queda demostrado por la eventual liberación de los presos políticos a lo largo de los años por falta de evidencias, además, los padres de Bradley Will llegaron a Oaxaca para solidarizarse con la APPO y han festejado abiertamente la liberación de los presos, incluído el principal sospechoso de la muerte de Bradley.
En fin, tan solo dos días después del deceso, las fuerzas militares entraban a la ciudad de Oaxaca para poner orden, allí desfilaban un montón de soldados de varias partes del país mezclados nada más y nada menos que con la policía estatal, nuestros policías perdidos regresaban (solo los extrañé un día, cuando tuve un gran percance en un concierto, pero esa historia merece su propia entrada), muy altivos ellos ahora disfrazados de federales y con licencia para… lo que les viniera en gana. Pero si según el Gobernador la ciudad estaba secuestrada por grupos extremistas radicales, ¿por qué nos oponíamos los Oaxaqueños a la militarización si esta venía a ayudar para que hubiera paz? Dejando a un lado que muchos eran los mismos policías contra quienes se combatía, cualquiera que haya asomado su curiosidad a las historias de los pueblos invadidos por militares para fines represivos encontrará invariablemente un horror de abusos de autoridad, violaciones a los derechos humanos y mujeres victimizadas, y Oaxaca no fue la excepción, por ejemplo, el día de la invasión el helicóptero del ejército disparó petardos de gases lacrimógenos a lo que creían era una reunión de rebeldes en el panteón municipal, cuando de hecho eran personas, en su mayoría señoras, que se hallaban visitando y adornando las tumbas de sus difuntos en la antesala del día de muertos. A pesar de la resistencia me mucha gente, el ejército logró desalojar los puntos importantes de concentración, como el zócalo y casi todas las radiodifusoras, obligando a los rebeldes a establecerse en la UABJO, que con su carácter de autónoma, permitía una mediana seguridad al movimiento. Fue en esa zona donde se dieron varios de los más grandes enfrentamientos de resistencia civil, pues el ejército imponía su autoridad con armas, violencia, tanques que disparaban gas pimienta y agua. Durante los días de paz forzada, la tensión era intolerable, los soldados iban de un lado a otro, era difícil verlos a la cara, era un miedo mezclado con impotencia, mediáticamente, la supuesta paz se consideró un éxito del gobierno federal.
Cito de la página electónica 39ymás en su sección mujeres y entorno unas líneas respecto al tema: “El ex Presidente Fox envió a Oaxaca (México) la Policía Federal Preventiva para sostener a Ulises Ruiz Ortiz a pesar del repudio de la población, porque no quieren que Oaxaca sea un ejemplo para los demás estados. Siguen los allanamientos de domicilios y han desaparecido y asesinado a muchas personas, entre ellas Brad Will, un periodista estadounidense de Indymedia. Varias compañeras han sido detenidas y torturadas, violadas por las fuerzas policíacas y paramilitares. A raíz de esta última agresión, el 19 de noviembre, centenares de mujeres marcharon al Zócalo. Denunciaron los acosos sexuales con espejos que decían: “Soy violador, soy asesino”, para que los policías y militares se vieran a sí mismos. Fueron reprimidas con gases y cañones de agua.”

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Frases de la semana
"La culpa busca la pena, y el agravio la venganza"

Juan Ruiz de Alarcón

"La rebeldía es la vida: la sumisión es la muerte"
Ricardo Flores Magón


"Cuando el reino es administrado con justicia y equidad, bastará su palabra para que le sea conferida la dignidad que merece; cuando el reino sea mal gobernado, y se produzca disturbios y sediciones, bastará su silencio para salvar su persona"
Confucio

"La rebeldía es hija de la experiencia"
Leonardo Da Vinci

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